Me he levantado tarde, muy tarde: estaba agotado. Tendré que comprar un cepillo de dientes nuevo: cuando terminó de cumplir su función habitual, decidí lanzar el mío por la ventana. Creo que ha caído fuera de la ciudad, espero que no le haya dado a nadie. Tengo miedo, pero estoy contento: no era un sueño, tengo superpoderes.

Son las tres de la madrugada del miércoles y, tras estar a punto de morir en dos ocasiones, he comprendido que no voy a poder morir tan fácilmente. Son las tres de la madrugada del miércoles y, no estoy muy seguro de por qué lo sé, pero lo noto, lo siento: me he convertido en un superhéroe.